Los modelos de negocio pueden ser de muchos tipos. Desde modelos de negocio estratégicos, hasta modelos de expansión, modelos de inversión, modelos de crecimiento o modelos operativos, por sólo nombrar unos pocos.
Los diversos tipos de modelos de negocio siempre coincidirán con la situación comercial específica. Por ejemplo, no es necesario añadir toda la información de antecedentes que ya se conoce a un modelo destinado a su uso interno. Los inversores siempre buscan información sobre la descripción del equipo de gestión, mientras que los banqueros siempre buscan antecedentes financieros o la historia de la empresa.
Los distintos tipos de modelos de negocio coinciden con la situación específica de una empresa y el objetivo de presentar dicha información, siendo los más comunes los siguientes.
Modelo de start-up
El modelo de start-up es el modelo estándar que explica los pasos para desarrollar un nuevo negocio. Los modelos de start-up a menudo incluyen temas como la organización, la oferta de productos o servicios, el análisis de mercado, los pronósticos comerciales, la estrategia de marketing, el equipo de gestión y la propuesta financiera.
Modelos internos
Los modelos de negocio que generalmente no están destinados a inversores externos, instituciones financieras o cualquier otro tercero se denominan modelos internos. Una descripción detallada de la organización o del equipo de gestión no suele (ni debe) incluirse en ella. Las proyecciones financieras, como los presupuestos y pronósticos, pueden incluirse (aunque tampoco es habitual).
Modelos de operaciones
El modelo de operaciones, comúnmente conocido como modelo anual. En el modelo de operaciones se brinda información más detallada sobre objetivos y fechas específicos, los hitos de implementación, los plazos y las responsabilidades de los equipos y gerentes.
Modelos de crecimiento
Algunos modelos de negocio se enfocan en áreas específicas del negocio o una subcategoría del negocio. Estos se denominan habitualmente modelos de crecimiento, modelos de expansión o modelos de producto, dependiendo de la situación concreta. Dependiendo de si estos modelos comerciales están vinculados a nuevas inversiones o solicitudes de préstamos, podrían clasificarse como modelos internos o no.
Por ejemplo, al igual que el modelo de negocio tradicional desarrollado para inversores, un modelo de expansión que requiera nuevas inversiones también tendría una descripción detallada de la empresa e incluiría información sobre el equipo de gestión.
Sin embargo, estas descripciones se omiten en un modelo de negocios interno, que se utiliza para diseñar los pasos para el crecimiento o la expansión que se financian internamente dentro de la organización. Aunque es posible que no se proporcionen proyecciones financieras detalladas, la previsión de las ventas y los gastos de la nueva empresa comercial se incluyen al menos breves.
A modo de conclusión, y debido a que hemos definido distintos tipos de modelo de negocio con sutiles diferencias entre sí (diferencias que en la práctica, no dejan de ser importantes), simplificaremos todo un poco afirmando que cada situación y objetivo concreto requiere de un modelo de negocio diferente. Si buscas información sobre qué modelo de negocio redactar para tu caso específico, y cómo hacerlo, te recomendamos que consultes a tu asesor de confianza.
Dejar una Respuesta